Uno de los mayores desafíos de quienes pueden trabajar desde casa desde el inicio de la pandemia fue, sin dudas, adaptarse a la tecnología, que tuvo un rol fundamental para el funcionamiento de empresas y servicios de todos los tamaños. El trabajo remoto que, para muchos, comenzó con improvisación, hoy muestra que es posible.
“El home office evolucionó mucho desde el inicio de la pandemia. No hubo organización, aprendimos a medida que fuimos haciendo. Actualmente, las personas están preparadas para trabajar en este modelo, pero ¿y después?”, pregunta Carlos Pereira, Country Manager Brazil y CSO LAM de Orange Business.
Para él, esa cuestión todavía es una incógnita. “Estamos en una transición. Pasamos del pico y ahora las oficinas están retomando la vida, a medida que la vacunación avanza. Pero dentro del management hay muchas preguntas sin respuesta aún: ‘¿Qué hacemos? ¿Vamos a volver al modelo anterior, con un 100% de presencialidad? ¿Nos quedamos con el modelo híbrido o en el esquema de teletrabajo?’. Existe mucha inseguridad en cuanto al modelo a adoptar, tal vez porque todavía estamos atravesando la pandemia, pero esa discusión está”, comenta. Para el economista y consultor de innovación Rodrigo Guerra, el teletrabajo es un camino sin retorno. “Hoy, la productividad aumentó, las relaciones se digitalizaron y las personas comenzaron a pensar en soluciones de negocios con mindset digital. Creo que mucho de esto se mantendrá. Por ejemplo, creo que las reuniones virtuales seguirán realizándose. Creo que ya no tendremos, tan frecuentemente, aquella insensatez de tomarnos un avión por una reunión de 1 hora”, evalúa Guerra.
Pese a que la máquina sigue girando, gracias al home office, que ha sido muy perfeccionado desde el inicio de la pandemia, todavía hay cuellos de botella técnicos que impiden que distintas empresas saquen un mayor provecho de esta modalidad.
Infraestructura
Según Carlos Pereira, hay empresas que ponen a disposición equipamiento para sus colaboradores, como notebooks y celulares. En contrapartida, hay otras que dependen de lo que el empleado tenga disponible. Y esos dispositivos no siempre son capaces de ejecutar todas las aplicaciones colaborativas. “Para mantener el compromiso y disminuir el riesgo de pérdida de productividad de quien trabaja en casa, es necesario contar con herramientas de procesamiento rápido, que faciliten la colaboración, con acceso a soluciones en el cloud... Pero debes tener un notebook y un celular que permita el procesamiento de todo eso. Las empresas que no tienen cómo proporcionar esas herramientas tienen mucho más dificultades”, dice Carlos.
Conexión
Es verdad que el acceso a Internet mejoró en los últimos años. Pero América Latina tiene un escenario desigual, que puede impedir que algunas personas tengan no solo equipos, sino también una banda de ancha capaz de ejecutar aplicaciones que estén en la nube, por ejemplo. Sin contar que la demanda de una buena conexión aumentó sustancialmente, en especial para quien comparte el mismo espacio con otros integrantes de la familia que trabajan o estudian. “Acá en Orange, tuvimos que hacer un upgrade de equipos de los empleados y, en algunos casos, también de internet. Es necesario tener una banda que soporte video, audio, transferencia de datos, todo a la vez. Y, lamentablemente, no todas las empresas logran costear eso”, evalúa Carlos.
Seguridad de la información
Después de la creación de la Ley General de Protección de Datos (LGPD) de Brasil, este es un asunto delicado para las empresas. Y el home office ofrece un gran riesgo en términos de seguridad. “La seguridad de la información es fundamental y sobrecarga la infraestructura. Tienes que encriptar los datos, un mecanismo de protección de archivos. Este es un tema que me preocupa mucho. En casa, no controlas el acceso de las personas a las redes sociales, y la gente sabe que existe mucho phishing, mucho malware que viene desde las redes sociales”, explica Carlos, que agrega: “No faltan recursos para mantener la seguridad, pero falta inversión y buscar una asesoría con expertise. Hay que entender la importancia de esta cuestión y el riesgo que se corre cuando no se le pone atención”.
Ergonomía
Según Carlos, no tener una silla adecuada y un espacio mínimo para realizar el trabajo puede traer perjuicios físicos y emocionales, afectando el desempeño profesional y la vida personal del colaborador. “Tuve un empleado que trabajaba en la mesa de la cocina de su casa, otro que estaba todo el día con la notebook sobre la piernas, sentado en el sillón, porque no tenía espacio en su casa para una oficina. Aunque la empresa ofrezca muebles de oficina, hay quienes no tienen condiciones de recibirlos. Cuando la pandemia se controle, las personas que no disponen de condiciones apropiadas para el home office van a preferir volver a las oficinas, pero si el trabajo híbrido o el teletrabajo es una imposición, esas personas no podrán adecuarse; eso lo deben evaluar los gestores al decidir cuál modelo de trabajo se adoptará”, dice Carlos.
Gestionar el aislamiento social es fundamental
Las cuestiones técnicas se ajustan según la necesidad y la experiencia con el trabajo remoto que, a medida que pasa el tiempo, se vuelve cada vez menos improvisado. Sin embargo, el cambio abrupto que rompió los modelos tradicionales de trabajo y la necesidad de sobrevivir no dio espacio a la ponderación. “Las personas están más preparadas, pero como todo sucedió de forma rápida, de emergencia, en el apuro no hubo reflexión. Y eso dejó secuelas: un crecimiento preocupante de problemas de salud mental”, explica Guerra.
“Creo que el mayor impacto de la pandemia fue el aislamiento, y me preocupa mucho el tema de la salud física y emocional del empleado. La pandemia afectó a todos emocionalmente. Por eso, es importante invertir en herramientas de colaboración, tener técnicas enfocadas en cómo mantenerse cercano a tu equipo, crear proyectos y actividades fuera del día a día del trabajo. Es necesario gestionar el aislamiento social para superar los obstáculos asociados a este. Ejecutar el trabajo, desarrollar nuestras habilidades; todo eso podemos hacerlo desde casa. pero el contacto presencial hace falta y es lo que nos hará volver a las oficinas”, finaliza Carlos.
En otras palabras, trabajar es más que producir: también es establecer vínculos y, por eso, el home office es aún más importante cuando deja de ser una necesidad y pasa a ser una elección.
Orange Business, división del Grupo Orange dedicada al universo B2B, es un proveedor global de servicios de TI y comunicaciones, estratégicamente posicionado para permitir que la transformación digital ocurra de forma fluida, garantizando el mayor beneficio posible a sus clientes, independientemente de los sectores dónde operen.