La cuarta revolución industrial pide conectividad, porque es la base de la mayor parte de las soluciones ofrecidas para perfeccionar operaciones de almacenamiento, picking, transporte y ventas. Sin embargo, en el aspecto productivo, todavía no tiene una fuerte presencia en Latinoamérica. Debido a las disparidades que caracterizan el continente, todavía es posible encontrar empresas que mantienen un sistema de producción totalmente analógica.
Alejandro Patricio Valenzuela Córdova es ingeniero en computación, experto en redes de Telecomunicaciones y Seguridad de la Información y docente en la Universidad Tecnológica de Chile (Inacap).
Sin embargo, dado que la vertiginosa aceleración, que comenzó en 2020, no da señales de detenerse, ese escenario ha cambiado y comienza a avanzar. En él, las redes privadas LTE todavía parecen ser la alternativa más viable. Pese a todo el entusiasmo por el 5G, esta tecnología está lejos de volverse una oferta masiva y viable en Latinoamérica. Hay temas políticos, económicos y de infraestructura que aún se deben resolver.
En esta entrevista, Alejandro Patricio Valenzuela Córdova habla sobre ese escenario y sobre los rumbos de la industria 4.0. Córdova es ingeniero en computación, experto en redes de Telecomunicaciones y Seguridad de la Información. Es docente del área de Informática y Telecomunicaciones de la Universidad Tecnológica de Chile (Inacap), y habló en exclusiva al blog de Orange Business.
Orange Business: Actualmente no hay una oferta concreta de 5G en ningún país de Latinoamérica. ¿Las redes private LTE pueden ser una buena alternativa para las grandes compañías mientras el 5G no avance? ¿O su potencial va mucho más allá de funcionar como un simple sustituto del 5G?
Alejandro Cordova: Las redes LTE atienden las necesidades actuales con bastante eficiencia en donde existe una buena cobertura. Se han sometido a su máxima capacidad de uso, en un modo de stress y en mi percepción, a “prueba de fuego” se superó con el uso masificado y obligatorio de las conexiones hechas por estudiantes y profesionales durante la pandemia. Aun así, creo que ellas no van a atender muchas de las necesidades futuras, el 5G tiene un potencial mucho mayor.
¿Cuáles son las principales ventajas que las redes private LTE ofrecen actualmente?
Éstas permitieron que las empresas de telecomunicaciones dieran un importante salto tecnológico en productos y oferta a sus clientes, del 2G al 3G, y, con un intervalo mayor, al 4G. Éste último coincidió con el crecimiento del uso de las redes sociales, y el consumo de grandes volúmenes de video como tráfico principal, además de los servicios de streaming y del aumento en el uso de las tecnologías móviles en las empresas. Por lo tanto, financieramente fue una gran inversión para las empresas de telecomunicaciones, pero también una gran oportunidad de crecimiento para ellas y para las empresas que usan esos servicios.
Hablando todavía sobre conectividad, pero sobre otro aspecto: las posibilidades del IoT están bien exploradas en operaciones logísticas y de warehouse. ¿La producción industrial sigue el mismo ritmo?
El IoT ha encontrado un crecimiento dentro de la producción. Dependiendo del tipo de industria, ese desarrollo es mayor. La “remotización” y el control [a distancia] son una realidad para distintos procesos, sea para activar los dispositivos de manera remota, realizar cambios de parámetros ambientales o activar acciones.
Frente a esto, cabe preguntar: ¿la industria 4.0 es una realidad o una utopía?
Personalmente, creo que cada país va a hacer que su industria 4.0 sea una realidad o una utopía. Con “cada país”, me refiero a todos sus agentes: gobiernos, empresarios, académicos y la sociedad en general. Si ellos tuvieran la industria de telecom y de tecnología de la información como sus principales ejes de desarrollo para el país, efectivamente, podrá ser una realidad, como ya se puede observar en países como Japón, EE. UU., Alemania, Canadá, Finlandia y otros. Ahora, para los países que no inviertan en información digital y desarrollo, será solamente una utopía.
Latinoamérica es una región de desigualdades, incluso en lo que se refiere a la tecnología corporativa. ¿Qué se puede hacer para reducir esa difrencia?
Lamentablemente la realidad latinoamericana es de mucha desigualdad, por motivos de educación y de oportunidades. Sin embargo, el acceso a las tecnologías es una gran oportunidad para que los gobiernos permitan que niños y jóvenes disminuyan esta brecha. Las empresas también deben aportar, llevando redes a lugares en donde no haya, que generalmente es en donde se encuentran las poblaciones más vulnerables.
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