La importancia del agronegocio para varias regiones de Latinoamérica es indiscutible, y el sector evoluciona a una velocidad que, no sería exagerado decir, excede la capacidad que tiene la TI para seguirlo. En algunas de esas regiones, como en Brasil, hubo un crecimiento exponencial. Sin embargo, el sector crece más justamente donde hay un mayor déficit de tecnología.
El tema infraestructural es muy determinante para ese escenario. Aunque Latinoamérica ha mostrado grandes progresos en conectividad, todavía se puede hacer mucho. Puede parecer increíble, pero hay regiones donde, aun con la fuerza del agro, no es posible obtener ni siquiera señal de celular, y mucho menos una conexión de calidad que soporte el tráfico de datos a gran escala.
Y, lejos de querer buscar los culpables, es necesario reconocer que el desafío para el sector de telecomunicaciones es enorme. En algunos de esos lugares a los que me refiero, no viven más que 30 o 40 familias, ubicadas a varios kilómetros de distancia de la comunidad más cercana. ¿Cómo llevar una infraestructura confiable de forma económicamente viable hasta esos lugares?
Por esos desafíos estructurales, creo que la gran transformación digital del agronegocio aún está por venir. Existe mucho diálogo y mucho interés entre los distintos players involucrados en el sector, pero el camino es largo y no se recorrerá de la noche a la mañana. Sin embargo, ya es posible encontrar muchas empresas dedicadas a ofrecer soluciones para dar respuesta al gran desafío del agro de disponer de tecnologías que ayuden a potencializar la producción y disminuir el desperdicio. Orange Business es una de esas empresas.
Gestión más eficiente
Potencializar la producción y minimizar los desperdicios: esto es lo que el agronegocio necesita. El data journey es capaz de superar esos desafíos, pero la gran dificultad es cómo trabajar los datos recopilados. ¿Cómo transportar de modo seguro y eficaz la información obtenida por la tecnología, si la infraestructura no soporta ese tráfico? El cuello de botella más grande está allí, independientemente de que sea en la nube u on premise.
Mientras ese cuello de botella se mantenga, es necesario tener la mejor estrategia posible, y en este sentido es importante llevar adelante assessment que nos brinde información clara sobre el punto de partida. En primer lugar, utilizamos la infraestructura que ya está disponible, y luego definimos las mejoras que necesitan priorizarse, considerando los aspectos más críticos y relevantes para el negocio. Finalmente, creamos estrategias a corto y mediano plazo para hacer las inversiones de forma asertiva y tener más agilidad y seguridad para crecer.
Incluso dentro de ese modelo, los desafíos no son modestos. Cuando una gran empresa del sector adquiere nuevas propiedades, encuentra allí una infraestructura heredada. Es necesario integrarla de forma ágil y, principalmente, segura. Esa interoperabilidad es esencial para el crecimiento del negocio, y la TI tiene que facilitar la tarea, no complicarla. Se aplican distintas tecnologías para garantizar esa facilitación, como SD-WAN.
Otro cuello de botella bastante común, y que abarca nuestro assessment, está en la cadena de suministro. El agronegocio no puede tener un único proveedor de infraestructura. Los agentes que intervienen en la cadena del agronegocio son muchos, no es una tarea simple gestionarlos. Es necesario pensarlo de punta a punta.
Evolución sectorial
Desde hace poco se empezó a ver el agronegocio como un sector potencial para el área de TI, y ese es un mea culpa que el sector necesita hacer. Si, en el pasado, hubiéramos mirado al agro con una mirada más cuidadosa, la tecnología para el sector podría estar tan bien preparada como la del sector financiero. Todo se hacía, literalmente, en el campo, sin controles tecnológicos, y no se pensaba en cuánto se podrían innovar esos procesos.
Afortunadamente, desde hace unos años, la mirada cambió. El desafío es en dónde y cómo invertir, porque el margen en el negocio no es tan alto como en el sector financiero, si mantenemos la comparación. Las inversiones deben ser acertadas y la transformación probablemente vendrá de la mano de los grandes players. Aunque el pequeño y mediano productor pueden incorporar avances tecnológicos; lo más probable es que sea algo específico para algunos nichos. Las grandes empresas del agro, a su vez, tienen condiciones financieras y capacidad de producir a gran escala, lo que les permite innovar mediante asociaciones tecnológicas.
El puente entre esos mundos se puede llegar a hacer por las agrotechs. Hay un número considerable de DevOps trayendo novedades a ese sector, muchas vinculadas a tecnologías sensoriales, soluciones para mediciones y afines. ¿A qué hora se debe regar? ¿Cómo medir la salud y la calidad del suelo? ¿Cómo cuidar del secado? Son problemas importantes, al fin y al cabo, no hablamos de pequeños volúmenes. Y son el blanco de esos nuevos conquistadores de tecnología para el sector agrario.
Estamos viviendo un momento en el que la necesidad de un cambio es grande, el interés de traerlo lo es aún más, pero los obstáculos no son menores. Son las condiciones propicias para la formación de un auténtico crisol de innovación, con posibilidades que pueden superar incluso las previsiones más optimistas. Pero mientras ese potencial no se concreta, se puede hacer mucho para explotar al máximo lo que ya está disponible. Nos esforzamos para alcanzar este objetivo.
Con más de 15 años de experiencia en la industria de las telecomunicaciones y TI, Paulo Orio lidera el equipo de ventas y pre-ventas de Orange Business en Brasil.