Estamos rodeados de tendencias tecnológicas por todos lados. La Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), el Big Data y la blockchain, entre otras, ocupan un espacio continuo no solo en los medios, sino también dentro de las organizaciones. Aun quienes se interesan poco por la innovación, muy probablemente ya escucharon esos términos.
Se habla poco, sin embargo, de la aplicabilidad de todas estas tecnologías potencialmente innovadoras a los negocios, en general rotulados bajo el paraguas de "transformación digital". Frente a tanta euforia, tal vez sea necesario recordar lo obvio: la digitalización tiene poca relación con la tecnología y mucha con un cambio de mindset, o sea, de pensar y actuar sobre los procesos de negocio.
Todos esos grandes rótulos necesitan traducirse de forma práctica. Una tecnología sola no es capaz de solucionar un problema del negocio, pero se debe partir del problema para descubrir qué aplicaciones pueden ayudar. Por eso, incluso antes de que una compañía decida invertir en un robot de última generación, es necesario evaluar cuál es su nivel de madurez tecnológica. Y, por supuesto, hacer una planificación para transformarse.
De esa forma, la nube parece accesible a todos y su adhesión debe seguir creciendo, pero no es posible decir lo mismo sobre todas las tecnologías en el foco de atención. Veamos, por lo tanto, algunas cuestiones que nos ayudarán a entender si determinada tendencia tiene sentido para el negocio:
- Big Data: recolectar, almacenar, analizar e interpretar grandes volúmenes de datos, estructurados o no, exige soluciones específicas y profesionales de TI capacitados. Pero antes de comenzar, es importante que el gestor (y por ende, la organización) sepan exactamente qué preguntas pretenden contestar. Solemos hablar de conceptos de un modo muy amplio, pero el Big Data solo tiene sentido en aplicaciones directas. ¿Qué es el Big Data para su negocio? Un ejemplo: usar esa masa de datos para entender el flujo en un punto de venta e implementar acciones para mejorar la experiencia del cliente y aumentar la facturación, parece una respuesta posible.
- Inteligencia Artificial: el mismo razonamiento vale para la IA. ¿Qué es la inteligencia artificial para el negocio? Cuando hablamos de contact centers, por ejemplo, usando un chatbot, hablamos de la IA aplicada. Para la industria automovilística, cabe mencionar los automóviles autónomos, cuya inteligencia artificial está orientada a la dirección. En la medicina, los inputs humanos servirán de base para hacer diagnósticos. Son aplicaciones específicas, y no un gran cerebro en la nube que procesa todo. En el ámbito de TI, se leen mil millones de eventos para identificar amenazas de seguridad cibernética. Solamente en el campo de las hipótesis, puede suceder que en 50 años las IA tengan redes neutrales capaces de producir otro software. Es un sueño futuro: aún estamos gateando.
- Blockchain: otro tema que siempre queda en el aire. ¿Pero qué es el blockchain para una empresa? ¿Servirá para medir el flujo de entrega de una mercadería? ¿O para controlar una línea de producción garantizando que la información esté completa? ¿Tal vez proteger datos médicos en historiales electrónicos compartidos entre distintas instituciones de salud? Inmediatamente relacionado con las monedas virtuales, el blockchain aplicado a los negocios sirve en especial para aplicaciones que garanticen la confiabilidad de la información. Se pueden firmar contratos en forma virtual, se puede negociar con valores, etc. Es un concepto difícil de explicar y aplicar, por eso exige una inmensa madurez de aquellos que pretenden implementarlo.
- IoT: más que conectar cosas, el potencial del Internet de las Cosas es transformar los procesos de negocio. Teniendo esto en cuenta, se pueden alcanzar resultados bien definidos gracias a la inmensa cantidad de datos que se generan y, como consecuencia, los insights obtenidos. En conclusión, conectar las “cosas” permite reflejar el mundo físico en el digital. Hablando de aplicaciones, es posible tener toda la cadena de producción replicada digitalmente y, de esa forma, tener una visión exacta de lo que pasa y tomar decisiones más rápidas.
Con casi 20 años en Orange Business, Felipe Stutz es director de soluciones para Latinoamérica, administrando y desarrollando toda la cartera de soluciones de la empresa en la región. A lo largo de los años, Felipe ha ocupado varios puestos en desarrollo comercial, pre-ventas y operaciones y ha estado activo en actividades de ventas centradas en la innovación y la creación de valor para clientes y en el desarrollo de estrategias comerciales y de soluciones.