Desde las tiendas minoristas a las organizaciones globales como Cruz Roja, la conectividad trae una transformación cultural en la forma de trabajar.
¿Cuál es el secreto para poner en funcionamiento una cadena de tiendas minoristas con cientos de sitios conectados en todo el mundo? ¿O de una institución global como lo es la Cruz Roja, que ofrece atención médica en zonas de guerra de más difícil acceso en el mundo?
Parte de él está basado en la comunicación fluida, constante y efectiva entre diferentes establecimientos y oficinas, independientemente de la posición geográfica.
Para que ocurra la comunicación, es necesaria una infraestructura que conecte los sitios. Mucho más que un cambio de paradigma en los negocios, la conectividad trae una transformación cultural en la forma de trabajar: en unos pocos clics, a través de una llamada o chat, se puede vender y adquirir productos y servicios, estrechando los lazos entre empresas y clientes, o colaboradores de una misma compañía que trabajan a kilómetros de distancia.
Si antes era suficiente tener un teléfono y conexión a internet para enviar correos electrónicos, hoy, una interacción a nivel global demanda formas más amplias y rápidas de conexión, que van desde soluciones de voz, telefonía IP, audio y videoconferencias, a cloud computing y red privada virtual (VPN).
Esa complejidad exige una infraestructura que cubra las expectativas y que sea flexible para permitir la conectividad en cualquier lugar, sin incrementar los costos. En ese contexto surgen las soluciones de redes híbridas, que combinan ambientes de conectividad e infraestructura privada de TI, servicios en la nube y tráfico corporativo por internet. Aquí, cabe añadir que, en el pasado, la práctica entre las compañías era crear redes virtuales privadas y mantener servidores dedicados, con el objetivo de garantizar la seguridad de la información. Sin embargo, esa estrategia preventiva ya no es necesaria, siempre y cuando la red híbrida sea controlada por diferentes soluciones de seguridad, estará protegida contra invasiones o robo de datos.
La idea parte de crear mecanismos de comunicación entre empleados, clientes y proveedores a través de las comunicaciones unificadas de voz, audio, video e IP, y acceso a las aplicaciones alojadas en la red privada o en la nube, independientemente de dónde ésta se encuentre. La Cruz Roja, citada al comienzo de este artículo, es un ejemplo. La dificultad de mantener redes de conexión de mayor alcance en Afganistán, Irak y Somalia terminó cuando la organización apostó por un servicio de red gestionada para 270 localidades, con 440 conexiones en 99 países, siendo la mayoría de éstos en África y Medio Oriente, a través de un mix de accesos de internet terrestres y satelitales.
Si la expansión de cualquier empresa está basada en la capacidad de comunicarse con otros mercados, la conectividad debe ser el elemento clave de esa transformación. Enfoques de este tipo se aplican en cualquier actividad que la compañía ejerza.
Con casi 20 años en Orange Business, Felipe Stutz es director de soluciones para Latinoamérica, administrando y desarrollando toda la cartera de soluciones de la empresa en la región. A lo largo de los años, Felipe ha ocupado varios puestos en desarrollo comercial, pre-ventas y operaciones y ha estado activo en actividades de ventas centradas en la innovación y la creación de valor para clientes y en el desarrollo de estrategias comerciales y de soluciones.