Quien ve, en el arte, una actividad meramente “lúdica” desconoce todas las cuestiones financieras, estructurales y logísticas que demanda una carrera artística. El brasileño Raphael Evangelista es el ejemplo de alguien que concilia ambos mundos con excelencia.
Evangelista es violoncelista e integrante del Duo Finlandia, un proyecto que ya viajó por más de 20 países llevando su mezcla única de folclore latino, sonidos del este europeo y música electrónica. También es el cofundador y CEO de la agencia 2DLpro, dedicada a encontrar soluciones para la gestión de la carrera artística.
crédito: Kazuo Kajihara
Raphael Evangelista, el músico y emprendedor brasileño que se reinventó como empresario durante la pandemia.
La mayor creación de la agencia es la plataforma daleGig, dedicada a gestionar los aspectos logísticos, financieros, relacionales y de marketing de una gira musical. La plataforma entró en el mercado a finales de 2019, recibió premios, fue nombrada como una de las mayores innovaciones del mercado latinoamericano y obtuvo un buen volumen de clientes. Pero, en ese momento, irrumpió el Covid-19.
¿Cómo mantener una plataforma dedicada a gestionar algo que se volvió inviable en el mundo pandémico? En un testimonio exclusivo para el blog de Orange Business, Evangelista recuerda la crisis del momento y cuenta cómo se superó ese obstáculo.
Músico precoz y emprendedor
“A los 10 años, hice mi primera presentación musical. A esa edad, también, tuve mi primer contacto con el mundo del emprendimiento. En los recreos jugaba a negociar. Mi objetivo era realizar la máxima cantidad de trueques de meriendas hasta terminar con una merienda mucho mejor.
De alguna forma, los dos mundos pasaron a ser una parte inseparable de mí. Cuando ya era adolescente, además de componer y tocar, organizaba conciertos y giras para las bandas donde tocaba, mientras iba dando forma al emprendimiento involucrándome en temas de diseño, marketing y otras áreas”.
Un insight poderoso
“Uno de los mayores desafíos que afrontan los músicos es la gestión de sus giras. Son las principales fuentes de ingresos del mercado pero, para que sean rentables, es necesario administrar bien la logística, las finanzas y el networking. Delegarlo a terceros solo es posible para músicos con una rentabilidad muy alta y, aún así, es arriesgado.
Más que un mero marketplace de conciertos, el mercado necesitaba una solución más empática y con mecanismos que activaran la interacción entre el contratante del concierto y el artista. En 2017, me dediqué durante varias semanas a montar un mapa detallado de todas las necesidades que se debían atender.
Reuní a un equipo, acordando un sistema de remuneración por resultados, y comenzamos a trabajar. Éramos nueve personas, cada una responsable de diferentes áreas. Fueron dos años intensos, con todas las turbulencias que se pueden imaginar en una iniciativa así, pero también con sorpresas y logros positivos, como conseguir el programa de incentivo Estação Hack. El hecho de pasar semanas en tours no comprometía el trabajo, porque ya ‘abusábamos’ de las herramientas de colaboración desde el principio”.
Del comienzo emocionante al congelamiento
“Justo después del lanzamiento a finales del 2019, daleGig ganó premios en Brasil y ya tenía una gran aceptación, con más suscriptores de lo que esperábamos. Además del trabajo de nuestro equipo, reclutamos ‘embajadores’ que nos ayudaban a difundir el proyecto en distintas regiones de Brasil. Esas personas —productores, músicos, agitadores culturales— usaban todos los recursos para presentar la plataforma, desde visitas presenciales hasta presentaciones por teleconferencia”.
Sin embargo, a finales del primer trimestre del 2020, el mundo cambió. Nos vimos obligados a pausar daleGig. Los conciertos fueron los primeros en paralizarse y no tenía sentido mantener la plataforma activa. Interrumpimos todos los planes de los suscriptores y lo más justo fue ofrecer un período gratuito en el regreso pospandemia. El Dúo Finlandia, que completaría diez años de historia, se vio obligado a pausar todas sus acciones de celebración. Estuve varios días como un zombi, pensando. Buscaba entender qué estaba sucediendo y cómo sería el futuro. No tuve éxito“.
El regreso
“Mi familia y yo sentimos el golpe del aislamiento social y de los cambios que vinieron con él. Todo eso, más la situación sociopolítica en Brasil y en el mundo, me afectaron mucho y fortalecieron mi necesidad de crear un manifiesto personal contra un mundo con fuertes problemas de convivencia, tolerancia y confianza. Esa insatisfacción me hizo considerar, cada vez más, el lado humano en las herramientas que creaba, pasando a encaminarlas hacia la valoración de la confianza, del respeto y de la integridad por encima de la rentabilidad.
Eso no significa que serían proyectos de baja rentabilidad. A partir de los recursos que tenía, me enfoqué en ideas que se sumaran y presentaran una forma de trabajo más automatizada. El listado inicial tenía diecisiete ideas potenciales. Entonces, empecé a crear roadmaps que explicaran la forma en que se podrían poner en práctica. Reduje el listado a once ideas fuertes: seis de ellas con posibilidad de activación inmediata.
Meses después, constaté que, muchas de ellas, generaron ganancias de hasta quince veces más que mis proyectos anteriores. Trabajaría para modelos de negocios cada vez más saludables dentro de esas características. Y el hecho de tener mucha más gente adaptada a trabajar de manera remota me ayudó bastante. Mi manifiesto se había puesto en práctica”.
El futuro
“En Francia, donde resido desde el 2019, me involucré con el mundo de las startups. Allá, construí un proyecto al que llamo Work Great Today: una plataforma que organiza y automatiza distintos procesos de pequeños emprendedores, con la finalidad de aumentar sus ventas online. Sirve para proyectos de cualquier área. En solo dos semanas, la plataforma tenía más clientes de los que podría mantener y empezó a abrir los ojos de grandes figuras del mercado francés.
Los conciertos todavía no volvieron, pero el Dúo Finlandia sigue creando, aunque yo esté en Francia y mi socio Mauricio Candussi en Córdoba, Argentina. Mantenemos un contacto cercano y regular, preservando nuestra conexión gracias a las teleconferencias y a nuestra amistad. ¿Y daleGig? La reactivamos, con un servicio llamado Editais 2.0. Actualmente, las convocatorias son, en el mercado brasileño, el camino financiero más saludable. A las pocas horas de relanzar el proyecto, aparecieron los clientes… No digo que fue fácil atravesar todo eso, pero tengo una historia positiva para contar, y gracias a iniciativas en las que pusimos al ser humano en primer lugar”.
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