Transformación digital y ambiente hiperconectado exigen un cambio cultural en forma como hoy en día las empresas organizan el trabajo. Y ésta es una buena noticia.
La inercia, ley descripta en el siglo 17 por el físico Isaac Newton, quizá sea uno de los principales frenos para la innovación tecnológica. La tendencia de mantener la trayectoria a una misma velocidad no es restricta solamente a objetos en movimiento, sino también a la organización social como un todo. Innovar implica, por lo tanto, enfrentarse a barreras culturales. Colaboración y transformación digital están, exactamente, en esa etapa: la de vencer las fuerzas que buscan mantener el statu quo.
Primeramente, se necesita entender de qué se trata, efectivamente, la transformación digital. Esta tendencia tiene como base la forma como las personas interactúan con el mundo en todos los aspectos, ya sea en su vida profesional, como personal, gracias a la capacidad casi irrestricta de conexión, movilidad, cloud computing y acceso facilitado a la información.
Colaboración, por otra parte, gana cada vez más fuerza en un entorno hiperconectado. Lo que en el pasado dependía de reuniones o citas presenciales, hoy, ocurre casi sin barreras, independientemente de donde las personas estén: conectados a internet, hay muchos dispositivos que permiten el intercambio de ideas con ayuda de soluciones de audio, videoconferencia y otras tecnologías que facilitan la interacción entre las personas. Pero eso es apenas el comienzo.
Abrazar la colaboración es mucho más que implementar una solución: se trata de una nueva manera de estructurar la organización. Esto se refleja en el entorno laboral - como es el caso de los workspaces del futuro, que explotan los beneficios de la comunicación unificada con soluciones de conferencia, servicios de reuniones vía web y videos de fácil uso, con audio interactivo, y herramientas que ponen al alcance de los empleados - como ocurre con las comunicaciones unificadas - una convergencia de tecnologías que une a todos los dispositivos y medios de comunicación, ya sean de voz, datos o video. Todo esto para permitir que los miembros de la organización se comuniquen con más efectividad, generando, como consecuencia, un incremento en la productividad laboral.
¿Pero, cómo cambiar el statu quo?
Para que la innovación supere la inercia y consiga derribar las barreras que impiden el posicionamiento digital en las organizaciones, se necesita que sean vistas las ventajas de una transición. Cualquier adopción de nueva tecnología se debe hacer después de una profunda evaluación del negocio y el análisis de costo/beneficio - escenario que es evaluado caso por caso, dependiendo de la realidad de cada empresa. Pero una cosa es cierta: a medio plazo, la presión, que hoy generan los clientes, va a venir de dentro de la propia empresa, y con fuerza: Deloitte estima que hacia 2020, alrededor del 75% de la fuerza de trabajo mundial estará formada por Millennials.
Esta generación ya está insertada en el mundo laboral, desde sus experiencias digitales, en el entorno hiperconectado proporcionado por la transformación digital. La productividad y supervivencia del negocio dependerá de adaptarse a ésta realidad. Por eso, antes que sea muy tarde, necesitamos hablar sobre colaboración.
Rodrigo Coppola es gerente de desarrollo comercial para América Latina. A lo largo de los años, ha estado trabajando en diferentes áreas dentro de Orange Business, como Project Management, Pre-Sales, Consulting y Business Development. Rodrigo se enfoca actualmente en soluciones de colaboración, respalda las necesidades de nuestros clientes, señala oportunidades, expande asociaciones y promueve nuestro portafolio de colaboración en la región.