Otra investigación, Dell & Intel Future-Ready Workforce Study, realizada en los Estados Unidos, muestra que el 42% de los millennials dejarían la empresa en la que trabajan si la tecnología ofrecida fuera por debajo del promedio de otras compañías del mismo sector. Y los líderes parecen percibir esta tendencia. De acuerdo con la encuesta PwC CEO Survey, modernizar el ambiente de trabajo es la principal prioridad para el 86% de los líderes y, para el 77% de ellos, implementar estilos de trabajo flexibles es una manera de reconocer cómo los mejores talentos del mercado quieren trabajar y convertirse en atractivos para ellos.
En este contexto, es claro que proporcionar una cultura organizacional integrada, equilibrada y orientada a la transformación digital se vuelve imprescindible.
Tener un espacio de trabajo digital, sin embargo, es mucho más que sólo insertar nuevos softwares en el día a día de un equipo; es cambiar toda la rutina de los equipos, la forma en que se comunican entre sí y cómo colaboran. Un espacio de trabajo digital implica la integración entre las diferentes tecnologías ya utilizadas- como plataformas para conversaciones corporativas grupales y pantallas interactivas- que permiten debates sobre proyectos, compartir ideas, sugerencias de mejoras e involucrar al cliente aún en las etapas iniciales del proyecto, además de softwares para medición del desempeño y del progreso de proyectos, agendas virtuales colaborativas, entre otras herramientas.
Sin embargo, a pesar de existir una demanda concreta de los trabajadores en relación a la tecnología integrada al trabajo, los ambientes digitales sólo funcionan si los equipos de la empresa trabajan a su favor. Y eso solo ocurre cuando los departamentos de TI y Recursos Humanos trabajan juntos.
Los empleados necesitan ser guiados y altamente entrenados, para poder colaborar con sus equipos y utilizar por completo las herramientas que les son dadas. Este entrenamiento debe dar un entendimiento de todas las utilidades de esa plataforma, pues sólo así el colaborador hará un uso acertado de todas las funcionalidades propuestas, alcanzando una mayor productividad.
Otro punto fundamental es que el colaborador sepa que será escuchado. Los equipos de RRHH y los de TI deben ser conscientes que el feedback periódico es importante. Sólo así será posible entender cómo las herramientas están siendo utilizadas, lo que permite comprender si los objetivos iniciales se están cumpliendo, si son necesarias adaptaciones o hasta si sus equipos han encontrado nuevas formas de usar las plataformas.
Por eso, creo que el espacio de trabajo digital implica un cambio cultural profundo en la organización, donde es clave escuchar más a su staff, hacer un entrenamiento completo y- sobre todo- dar el ejemplo. Es decir, directores, CEOs, líderes de RRHH y CIOs necesitan mostrar a sus empleados que están comprometidos con la transformación digital de sus empresas. Esto se hace a través del uso de las herramientas digitales, del incentivo al mejor aprovechamiento, de la participación en entrenamientos y también de la concientización constante sobre los beneficios que esas plataformas ya están trayendo para la empresa.
Con todo eso, tendremos equipos más motivados dentro de las empresas comprometidas con la implementación exitosa de un espacio de trabajo digital y totalmente adaptadas a esa nueva forma de trabajar.
Rodrigo Coppola es gerente de desarrollo comercial para América Latina. A lo largo de los años, ha estado trabajando en diferentes áreas dentro de Orange Business, como Project Management, Pre-Sales, Consulting y Business Development. Rodrigo se enfoca actualmente en soluciones de colaboración, respalda las necesidades de nuestros clientes, señala oportunidades, expande asociaciones y promueve nuestro portafolio de colaboración en la región.