Entre los anuncios estaban la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre bosques y el uso del suelo, firmada por más de 130 países, que confirmaron que trabajarán juntos “para revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra hasta el 2030”. Además, más de 100 países aceptaron reducir las emisiones de metano en un 30% con relación a los niveles del 2020 hasta el 2030. Son todas acciones positivas, pero todavía hay mucho que hacer.
Todas las etapas de la producción de alimentos emiten gases del efecto invernadero en la atmósfera, de acuerdo con la Agencia Europea de Medio Ambiente. Se produce el metano, por ejemplo, como parte de los procesos digestivos del ganado debido a la fermentación entérica. También puede ser despedido por los desechos orgánicos en los vertederos, con la gestión de estiércol y con el cultivo de arroz. Además, las emisiones de óxido nitroso son un producto indirecto de los fertilizantes orgánicos y minerales con nitrógeno y el transporte y la logística despiden monóxido de carbono y otros contaminantes del aire.
En realidad, la agricultura, la silvicultura y el uso del suelo responden directamente de aproximadamente un 18,4% de las emisiones de gases del efecto invernadero. Toda la cadena alimenticia, incluso la refrigeración, el procesado de alimentos, el embalaje y la logística de transportes, responde de un asombroso 25% del total de emisiones.
La agricultura debe cambiar de dirección
En las últimas décadas, la agricultura ha dependido más de los insumos fósiles, de combustibles fósiles para manejar grandes máquinas a fertilizantes sintéticos con nitrógeno y fósforo y agroquímicos diseñados para mejorar la fertilidad de los cultivos.
De alguna forma, la agricultura deberá ponerse más ecológica y alimentar a una población cada vez más grande, que irá de cerca de 7.900 millones hoy a una estimativa de 9.000 millones en el 2037. Serán necesarias labores enormes en todo el sector para alimentar sosteniblemente a todos, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y revertir la deforestación para la ganadería.
La tecnología agrícola es el modo de proceder
Como señala McKinsey, la agricultura posee objetivos complejos que no se resumen a alcanzar las metas climáticas y no está tan consolidada globalmente como los demás sectores. Entre otras cuestiones están la biodiversidad, la nutrición, la seguridad alimentaria y los sustentos actuales de los agricultores y las comunidades agrícolas. La gran realidad es que la agricultura tiene que cambiar el modo como funciona al mismo tiempo en que mejora la eficiencia y la productividad.
El cambio climático también afecta la agricultura adversamente. De acuerdo con un estudio de la Escuela Aplicada de Economía de la Universidad Cornell, el calentamiento global ha provocado una caída de productividad del 21% en la agricultura mundial desde los años 1960.
La nube, la inteligencia artificial (IA), el Internet de las cosas y el análisis pueden ayudar a optimizar los procesos agrícolas, captar el dióxido de carbono antes de que sea despedido en la atmósfera, adoptar una economía circular y dejar toda la industria más sostenible. Los drones y los robots pueden aportar al análisis de suelos y campos, a la fumigación de cultivos y a la cosecha.
La tecnología agrícola (agritech) tiene un potencial enorme, tanto en recursos como en cuanto mercado. Un estudio reciente pronostica que el valor total del mercado de tecnología agrícola llegará a USD 22.500 millones hasta el 2025, un alza de sólo USD 9.000 millones en el 2020. Esto representa una tasa estratosférica de crecimiento del 150% en los próximos cinco años, ya que la agricultura trata de mejorar la sostenibilidad mientras que aumenta las cosechas y reduce los costos.
Los países en desarrollo jugarán un papel importante en el mercado en rápida expansión. Por ejemplo, una investigación reciente solicitada por Microsoft descubrió que África, con un valor proyectado de USD 1 billón hasta el 2030, debe convertirse en un centro global de soluciones en tecnología agrícola.
Se desarrollará una tecnología agrícola que permitirá que los agricultores africanos adopten una agricultura exacta a base de datos que ayudará a estimular la agroindustria en la región y optimizar las cosechas. Microsoft trabaja para garantizar que las comunidades agrícolas del país tengan acceso a lo último en tecnología, incluso la inteligencia artificial y el Internet de las cosas.
Las startups ya trabajan en proyectos innovadores. Releaf, de Nigeria, se vale de la tecnología para mejorar el procesado de alimentos. Descubrió que el 90% de las fábricas funcionaba un 50% por debajo de su capacidad de producción máxima en el sector de aceites vegetales debido a problemas de ineficiencia en la operación. La empresa desarrolla soluciones de hardware y software para dejarlos más eficientes y sostenibles, incluso mantenimiento predictivo, proyecciones de producción y gestión de inventarios en la cadena de suministro.
El cambio de prácticas agroambientales
Ya hay muchos programas alrededor del mundo que ayudan la agricultura a volverse más sostenible y ser resiliente ante el cambio climático. Por ejemplo, Orange Business colabora con Agdatahub, una plataforma especializada basada en datos, y SUEZ, un grupo de servicios ambientales, para ayudar a los agricultores europeos a acelerar la transformación digital y mejorar la gestión de los recursos ecológicos. Juntos, tienen planes de comercializar ofertas innovadoras en lo digital y el Internet de las cosas para el sector agrícola en captura de carbono, calidad del agua y emisiones de gas en la ganadería.
Además, Orange ha prestado una infraestructura escalable de comunicación y servicios administrados de conectividad máquina a máquina (M2M) que desarrollan y ofrecen soluciones en Internet de las cosas para ayudar Dacom a optimizar la cosecha de cultivos. Con un portal dedicado de gestión de tarjetas SIM, los agricultores pueden acceder a datos por dispositivos móviles para el monitoreo continuo de los cultivos. También ofrece a los cultivadores soluciones prácticas en agricultura rentable, sostenible e inteligente.
Los datos de observación terrestre mejoran el monitoreo agroambiental
Al mismo tiempo, los datos de observación terrestre (OT) se convierten en algo inestimable al permitir que la agricultura adquiera eficiencia sin perjudicar la biodiversidad. Airbus, Orange Business y Capgemini han trabajo juntos en sobloo, una plataforma colaborativa diseñada para ofrecer acceso fácil a datos de Copernicus y otras colecciones de datos de observación y no observación terrestre. Copernicus es uno de los programas más ambiciosos de observación terrestre hoy en día, ofreciendo datos exactos y oportunos para comprender mejor y mitigar los efectos del cambio climático.
Los datos de observación terrestre permiten que la agricultura mejore sus prácticas, administre mejor la agricultura de precisión en los campos y perfeccione el monitoreo agroambiental, mitigando la irrigación insuficiente y la erosión en el suelo.
El cultivo de la resiliencia y la sostenibilidad
La innovación tecnológica rápida transforma cada etapa de la producción de alimentos, del campo al plato. El futuro de la agricultura dependerá de la agricultura de precisión, de las prácticas automáticas, de la robótica, de la inteligencia artificial y de big data. Estas tecnologías pueden crear nuevas relaciones económicas con el suelo. Con todo, deberán trabajar directamente con la naturaleza si es que vamos a hacernos cargo del cambio climático y de la degradación ambiental de forma significativa, mientras alimentamos a una población cada vez más grande.
Orange Business, división del Grupo Orange dedicada al universo B2B, es un proveedor global de servicios de TI y comunicaciones, estratégicamente posicionado para permitir que la transformación digital ocurra de forma fluida, garantizando el mayor beneficio posible a sus clientes, independientemente de los sectores dónde operen.